lunes, 14 de diciembre de 2015

Hoy vamos a ver... Vértigo



Que mejor manera de inaugurar este blog que con una de las considerada por los críticos, mejor película de la historia (aunque no lo reconocieran así en la época cierta estatuilla dorada).
No voy a ocultar que aquí el que escribe siente cierta debilidad por la obra del “maestro del suspense” Alfred Hitchcock, sin embargo, creo que a la hora de hablar de la película que aquí vamos a tratar, la objetividad aparece en escena, siendo esta una obra maestra del séptimo arte, tanto por su envolvente historia, así como por sus actores o su música.
Pero para aquellos que no conozcáis esta obra, e incluso los que nunca hayáis oído hablar de ella (que seguro que los habrá), vamos a comenzar, como todas las historias, por el principio. Vértigo es una película de 1958, basada en una novela llamada “El despertar de los muertos”.
La película está protagonizada por James Stewart y Kim Novak, dos de los actores más conocidos en el Hollywood de la época, y es sobre estos dos personajes sobre los que recae el peso de toda la película. Es importante este dato, ya que cuando hablamos de Hitchcock veremos que en sus películas no hay un gran número de secundarios, o suelen tener mucha más importancia en la historia que la obra que aquí tratamos.
Centrándonos ahora en el argumento, Vértigo nos sitúa en la ciudad de San Francisco, y nos presenta a John ‘Scottie’ Ferguson (James Stewart),  un detective retirado tras un traumático episodio que sucede en los primeros minutos de la película. Tras este accidente, el detective descubrirá su acrofobia (miedo a las alturas). Sin embargo, ya en el retiro, sus servicios como detective serán requeridos una vez más por un viejo amigo de juventud, que le pide que investigue la “misteriosa” actitud de su esposa Madeleine Elster (Kim Novak).
A partir de este sencillo planteamiento, Hitchcock pone en juego todos los elementos de una historia donde las apariencias engañan, donde lo paranormal y lo psicológico se mezclan en un solo elemento y donde la fobia del protagonista será tanto el problema como la solución de todo.
San Francisco, ciudad de Vértigo
Es la ciudad de San Francisco y sus distintos escenarios uno más de los protagonistas de esta película. Es a través de sus escenarios donde se desarrolla la historia y juegan un papel fundamental para definir el perfil y la historia de la película.
Todos los escenarios que recorren los personajes existen realmente, desde el Fort Point bajo el puente Golden Gate, hasta la famosa Misión de San Juan Bautista (donde tiene lugar el clímax de la película) pasando incluso por el restaurante que los protagonistas visitaran en varias ocasiones,  Ernie´s.
Vértigo supuso tal influencia en la ciudad, que incluso el hotel que observamos en la segunda mitad de la película, el Empire Hotel, cambió de nombre en 2009 pasándose a denominar Hotel Vértigo.





De la posesión a la locura

A partir de aquí desarrollaremos el argumento de Vértigo y, no puedo garantizaros que no os vayáis a encontrar con algún spoiler, así que si eres de los que aún no ha visto la película, cierra la página, ponte a verla, y vuelve luego para seguir leyendo. Para los que la hayáis visto, seguimos con ello:
Lo que en un principio se plantea como un caso de posesión, de antiguas maldiciones familiares, y de actitudes y hechos paranormales (recordemos la escena en la que Stewart visita un hotel en el que ha visto entrar a Madeleine, para descubrir más tarde que no había nadie en la habitación donde se alojaba), se nos presenta más tarde como una historia donde son precisamente los traumas y las fobias los que ocupan el principal rol.

Casi como una frase profética, Midge Wood, la “amiga” del detective le dice al principio del film que un trauma tan fuerte como el que le ha sucedido al protagonista solo se puede curar experimentando una emoción más fuerte aún. Y eso es lo que sucede al final de la película, tras todo el proceso experimentado por Ferguson, este consigue finalmente curarse de su acrofobia, aunque pagará un alto precio por ello.
Es a partir del intento de “suicidio” de la protagonista cuando ambos personajes toman contacto y cuando el ritmo trepidante, rápido y misterioso de la película empieza a desarrollarse. Particularmente interesante es  la escena del bosque de secuoyas (recordáis la reciente película de El Amanecer del Planeta de los Simios, pues sí, es el mismo parque de secuoyas). Es en este escenario donde el detective empieza por primera vez a creer la historia de posesión de Madeleine.



Resulta curioso cómo, hacía la mitad del metraje, parece que todo ha acabado, quedando el misterio resuelto con su trágico desenlace, pero Hitchcock tiene algo más que decir, dándonos una segunda mitad incluso más trepidante que la primera. Si en la primera parte del film es el personaje de Kim Novak el que consigue mantenernos aturdidos, desconcertados, será en la segunda mitad donde Stewart juegue este papel, confundiéndonos con su actitud y demostrando a través de sus delirios oníricos que ha cruzado el umbral de la locura.
No es sino hasta los últimos 5 minutos de la película donde todo el misterio quedará expuesto, donde volveremos a esa famosa torre de la iglesia española que tanto obsesiona a los protagonistas, la que divide, como anteriormente hemos dicho, la película en dos partes. Esa torre en la que el Ferguson se curará de su fobia, descubrirá que solo ha sido una marioneta en toda la historia, y donde será el sentimiento de culpa el que acabe con todo, acompañado del tañer de las campanas y del famoso fundido a negro.


Suspense antiguo a la orden del día

¿Por qué elegimos Vértigo para iniciar este blog? Porque representa perfectamente los valores que queremos reflejar. No es raro encontrar hoy en día en Hollywood las historias que juegan con la ambigüedad, con el final inesperado, y con los giros de guión que nadie se espera.
Vértigo es en este sentido una obra atemporal, que reúne todos estos elementos y que, sin duda, para la gente que la visione por primera vez sorprenderá y enganchará a la historia, sin importar la edad del espectador. Mantendrá la intriga en su primera mitad, nos hará abrir la boca con la confesión escrita de Judy en el hotel, y sobresaltará en sus últimos minutos.
Sin duda, su título refleja perfectamente la sensación que tendremos durante toda la película. Un clásico del séptimo arte de obligado visionado para todo aquel que quiera , lo cual es la intención del que escribe este artículo, iniciarse en el cine clásico. 

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